La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas. Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza, y en tu voz, sólo un pálido adios, y el reloj en tu puño marcó las tres. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa cambiando lo amargo por miel, y la gris ciudad por rosas, me hace bien, tanto como me hace mal... me hace odiar, tanto como querer y más. Cambiaste de tiempo y de amor, y de música y de ideas, pero en sí, nada más cambiarás... Y un sensual abandono vendrá y el fin. y cierras los ojos y ves, todo el mar en primavera, hojas muertas que caen, siempre igual, los que no pueden más.. se van.