domingo

La libertad es una amiga traidora, y me dejó abandonada. Lo quiero oír de tu boca. Aquí me encuentro amarrada a mi suerte, en este puerto de incertidumbres. Con una astilla del mástil del barco, atravesándome el alma. Para escuchar tú consuelo. Lo quiero oír de tu boca, por donde escapan los besos. Tú ya sabes que no es tan difícil tumbarme, pero una vez en suelo más bajo no puedo caer.